Se dispararon los precios

La crisis de dólares en Bolivia

A pesar de ser uno de los países más pobres de América del Sur, Bolivia logró controlar el aumento de los precios de los alimentos a través de políticas públicas implementadas durante los últ...

A pesar de ser uno de los países más pobres de América del Sur, Bolivia logró controlar el aumento de los precios de los alimentos a través de políticas públicas implementadas durante los últimos 15 años que apuntaron a abastecer el mercado interno y romper el ciclo inflacionario que afecta a varios países de América Latina.

Ahora, sin embargo, el elevado déficit fiscal, bastante mayor al que vivió Argentina durante la última década, está provocando que el país atraviese una crisis que hace que -en un país en el que el precio de la divisa está fijado por el Estado- los dólares escaseen en la economía boliviana.

Esto impacta la inflación, cuya tasa anual alcanzó el 9,5% en noviembre, un nivel alto para los estándares bolivianos y que ya está generando irritación entre la población local, en medio de disputas políticas en el gobierno.

Este fue el nivel más alto desde septiembre de 2011, cuando la inflación se situó en 9,9% interanual.

Desde 2014, Bolivia ha acumulado déficits fiscales consecutivos (entre 2006 y 2013 tuvo superávit todos los años menos uno).

La situación, sin embargo, ha empeorado desde 2023, con una caída del volumen de gas que se vende fuera del país. Este es su principal rubro de exportación.

Por eso, desde el año pasado, el país ha tenido que recurrir a reservas internacionales para subsidiar el precio del combustible, que es importado.

Los subsidios, que van desde alimentos hasta diésel y gasolina, cuestan alrededor de US$4.000 millones al año y comenzaron a pesar en la cuenta, con el gobierno gastando más de lo que recauda.

Tratando de mantener su programa social y económico, el gobierno de Luis Arce comenzó a utilizar las reservas en dólares del Banco Central.

"Se trata de déficits fiscales de un promedio del 8% del PIB [Producto Interno Bruto], una caída de los ingresos tributarios y, obviamente, de las reservas del Banco Central, que fueron liquidadas y se convirtieron en uno de los financistas más importantes del gobierno", dice el economista Jaime Dunn De Ávila, experto en administración de empresas de la Universidad Católica Boliviana.

Como resultado, se produjo una caída del capital de la autoridad monetaria, que pasó de US$15.000 millones netos en 2014 a US$1.900 millones en la actualidad, de los cuales solo US$153 millones son en divisas (la mayor parte son reservas en oro).

Desde el año pasado, se han restringido los retiros bancarios de moneda extranjera y las compras con tarjetas de crédito o débito en dólares, con el objetivo de tener más divisas en suelo boliviano.

Aun así, con reservas bajas, el país ya no puede controlar la variación de la moneda estadounidense, que se ha disparado en el mercado paralelo.

"Las reservas internacionales de Bolivia se han reducido a un nivel cercano al colapso", añade el economista.

"Se ha vuelto más difícil para el país importar incluso productos esenciales, como alimentos y medicinas, con la consiguiente falta de bienes y aumento de precios".

María de Lourdes, quien vende productos alimenticios en las calles de La Paz.

Pie de foto,"Los precios suben mucho y nuestro salario es muy bajo", dice María de Lourdes, quien vende productos alimenticios en las calles de La Paz.

La población sufre escasez de combustible, especialmente diésel. También hay filas para conseguir alimentos básicos subsidiados, como arroz y salvado de trigo.

Además, las tensiones políticas entre Luis Arce y el expresidente Evo Morales, antiguos aliados que se disputan el control del partido Movimiento Al Socialismo (MAS) y la posibilidad de disputar elecciones el próximo año, han ahuyentado a los inversores extranjeros.

En las calles de La Paz, los comerciantes buscan dólares y anuncian la compra de la moneda estadounidense.

"Necesito dólares para importar bienes y también porque ya no confío en el gobierno", dice el comerciante José Ignacio.

"Entonces, para protegerme, voy a ahorrar dólares aquí antes de que los precios se disparen como en Argentina".

Alex Nery, profesor de economía de la FIA Business School, explica que la escasez de reservas de divisas, que ahora se presenta en Bolivia, sigue siendo uno de los mayores desafíos que enfrenta la economía argentina.

"La falta de reservas dificulta la defensa del tipo de cambio en tiempos de crisis y aumenta la desconfianza de los agentes del mercado interno y externo en relación con la moneda local", señala Nery.

"[En Argentina] la devaluación del peso tiene un impacto directo en la inflación, ya que aumenta los costos de los insumos importados y aumenta los precios de los bienes de consumo, especialmente en una economía que depende de las importaciones", agrega.

Inflación creciente

Los desequilibrios macroeconómicos ya se reflejan en la vida de la población boliviana.

Bolivia ha tenido casi siempre en las últimas dos décadas una inflación más baja que otros países de América Latina, donde el aumento de precios es un problema frecuente.

En los últimos cuatro años, de 2020 a 2023, el país ha acumulado un aumento del 6% en el índice de precios oficial.

María de Lourdes, que vende productos alimenticios en las calles de la capital boliviana, se queja del aumento de precios durante el gobierno de Luis Arce.

Por ello, toma partido en la disputa política en el MAS y afirma que sólo el regreso de Evo Morales al poder podría permitir al país retomar la senda del crecimiento y el control de precios.

Manifestantes sostienen una pancarta con los precios de algunos alimentos básicos antes y después en Bolivia.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,Los precios de los alimentos básicos los fija el gobierno.

"Los precios suben mucho y nuestro salario es muy bajo. Ojalá Evo regrese, para que nuestras vidas vuelvan a mejorar como lo hicieron en su época", afirma.

Para Alexis Dantas, profesor de ciencias económicas de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), el país podría optar por iniciar un control cambiario más estricto para contener la subida de la moneda y sus efectos negativos.

"Lo más razonable, para el país, sería el control de cambios, ya que los exportadores no pueden hacer otra cosa que exportar, especialmente en el tema de los minerales, y así se puede controlar el corto plazo y se pueden relajar estas medidas en el tiempo", afirma.

"Pero hay una fuerte presión del sistema financiero", reconoce.

Para Jaime Dunn De Ávila, el problema es precisamente el excesivo control sobre la economía del país.

"La crisis monetaria en Bolivia es, de hecho, el resultado de un problema real, que comenzó a crearse poco a poco desde 2014, cuando los ingresos por las exportaciones de gas a Argentina y Brasil ascendieron a más de US$5.000 millones para el gobierno boliviano", señala.

"Pero eso terminó y el gobierno siguió aumentando los gastos mientras los ingresos disminuían, lo que claramente nos lleva a una crisis".

El presidente Luis Arce admite la crisis del dólar, pero ha negado el impacto económico en la vida cotidiana de los bolivianos.

"Como varios países, tenemos ciertas dificultades en la disponibilidad del dólar, pero no estamos en una crisis económica estructural ya que la oposición pretende posicionarse para generar una crisis política y acortar nuestro mandato", indicó Arce durante un discurso este año.

El ministro de Economía y Finanzas, Marcelo Montenegro, le dijo a France 24 que "habrá un aumento de divisas" en la economía con las exportaciones agrícolas que se retrasaron por problemas climáticos.

 

FUENTE:BBC

  • Fecha 16.12.2024
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