HISTORIA

Guapo cunumí, la obra que inmortalizó al Tambor de Tacuarí

  En nuestro querido chamamé existen pocas, pero bellísimas obras que hablen sobre las figuras de nuestra rica historia argentina, pero principalmente sobre aquellos que enaltecieron el suelo de la provincia de Corrientes. Mu...

 

En nuestro querido chamamé existen pocas, pero bellísimas obras que hablen sobre las figuras de nuestra rica historia argentina, pero principalmente sobre aquellos que enaltecieron el suelo de la provincia de Corrientes. Muchos protagonistas han quedado en el anonimato, pero otros sobreviven fuera de los libros de estudio gracias a los compositores cultos que hurgan en la memoria.

En plena década del 60, el protagonismo que adquirió Nélida Argentina Zenón dentro del chamamé fue muy importante. Ella ya había escrito unas cuantas obras, entre ellas Mate cocido, y Mi noche, que ya había tomado bastante notoriedad.

Después de una reunión de socios en la mutual de la Sadaic en la ciudad de Buenos Aires, se encontró con Luis Ferreyra en un bar ubicado en la esquina de la entidad, siendo un reducto para músicos y socios. 

Entre saludos y una breve charla, Ferreyra le comentó a Nélida que estaba preparando nuevas composiciones para grabar, ya que era el guitarrista estable de la cantante María Helena. Entonces le  pidió una letra que sea bien polenta para poder colocarle una melodía. El encargo no se hizo esperar, Nélida volvió a su casa en Gobernador Martínez, provincia de Corrientes, y pensando en las palabras de su colega y amigo, recordó que dentro de su biblioteca poseía un cuaderno escolar que tenía una imagen de Pedro Ríos, el Tambor de Tacuarí, y comenzó a repasar algunas hojas. Después de leer algunas referencias sobre su historia, comenzó a componer una obra.

Tiempo después le envió a Ferreyra por correspondencia una letra que llevaba por título Guapo cunumí, que hablaba sobre el pequeño héroe correntino. Al leer los párrafos, Luis se quedó impresionado y trató de colocarle una melodía.

Días después recibió el llamado de la cantante María Kalasakis, conocida popularmente como María Helena, para que se presentara a ensayar dado que debía entrar a los estudios de grabación con algunos temas nuevos. En pleno diálogo, Ferreyra le comentó que tenía una obra de Nélida y le mostró la letra. María Helena ya sabía quien era la autora y aceptó con gusto grabar esa obra que, rápidamente, se convirtió en todo un éxito.

Guapo cunumí es una obra que tiene como autores a Nélida Argentina Zenón y Luis Ferreyra. Fue registrada en la Sadaic el 9 de abril de 1965. La primera vez que salió publicada fue para el disco La dulzura de María Helena, figura indiscutible del folclore nacional y del sello CBS. Posteriormente, dicha composición tuvo sus versiones gracias a las grabaciones de artistas como Atilio Puchot, Nélida Argentina Zenón, Las Hermanas Leiva, Jorge Cafrune, Las Huilquis, Los Niños Riojanos, Flor del Cardón, Verónica Noguera, Patricia Duré, Los de Imaguaré, por citar algunos intérpretes.

En los últimos años este título ha tomado relevancia ya que existen algunas obras que resaltan los actos heroicos de personajes correntinos. Es por ello que la composición Guapo cunumí fue  incorporada al repertorio de la banda de Regimientos Patricios y la banda Cazadores Correntinos. Además de La Tuna Universitaria de Madrid, la cual tiene alrededor de dos siglos y se originó en Salamanca, y que también admitió Guapo cunumí dentro del cancionero que se enseña en las universidades de España. Se lo interpreta con instrumentos como guitarras, contrabajos, panderetas, castañuelas, timple canario, bandola, charango, bandoneón y acordeón, entre otros.

Los autores

Luis Ferreyra nació en Goya, provincia de Corrientes. Según el autor Enrique Piñeyro lo resaltó como un brillante cultor de nuestra música folclórica, autor y notable ejecutante de guitarra. Se ha destacado por su calidad interpretativa y su típico rasguear guaraní de la guitarra lo ha delatado como un gran conocedor del género con entusiasmo y pasión cultiva. Ha integrado el conjunto de Emilio Chamorro, y el Cuarteto Santa Ana, además de integrar importantes conjuntos de músicos correntinos. Su obra autoral consta con cerca de 70 títulos entre los que se encuentran Celina, El zapateo, El paguero, Juan Payé y Reliquia guaraní, entre tantos otros. Según la fundación Memoria del Chamamé, Ferreyra falleció el 11 de junio de 2006, en Buenos Aires.

Nélida Argentina Zenón nació el 3 de abril de 1938 en Gobernador Martínez, localidad ubicada a 50 kilómetros al norte de la ciudad Goya. Actualmente reside en la ciudad de Rosario, donde difunde el chamamé para el resto mundo.

El profesor Enrique Piñeyro en su libro Chamamé, música tradicional de Corrientes, comentó que el reconocimiento grande que obtuvo esta intérprete lo llega al obtener por el Premio Cosquín 1964. Sus actuaciones son como solista de canto y guitarra y, posteriormente, con su conjunto musical se reiteran con gran éxito a lo largo y ancho del país.

Nélida es una de esas difusoras incansables no solo del chamamé, sino también del idioma guaraní. En sus composiciones suele incorporar términos de la lengua materna para que de  alguna u otra manera se mantenga viva en las nuevas generaciones. 

Es la autora de más de 300 temas musicales y muchos de ellos no se encuentran registrados en la Sadaic. Algunos hoy siguen perdurando en la memoria del pueblo chamamecero como es el caso de Mate cocido, que le brindó muchas satisfacciones, escrita cuando tenía apenas 15 años, y hoy tiene más de 100 versiones interpretadas por diferentes conjuntos. 

Su historial en la radiofonía de la ciudad de Rosario continúa vigente. Primero con su ciclo de chamamé Cancionero guaraní en la emisora LT8 Radio Rosario, ubicada por la calle Córdoba. Después con otras audiciones como el Fortín Litoral y Corrientes tiene su música, por citar algunos. Hoy difunde la música del Litoral argentino a través de su cuenta personal de Facebook, manteniendo contacto con oyentes de distintas partes del mundo. Además realiza entrevistas a notables protagonistas del género, recordando efemérides y recorriendo los callejones de la historia del chamamé. Su programa radial es enriquecedor, y didáctico ya que posee un archivo literario y audible gracias a las incontables conversaciones que posee como testimonio, recobrando vida gracias a la digitalización. Todo un loable aporte de su familia que en silencio la acompaña y la sigue de cerca como es el caso de su hija Nela Ariza, periodista, y su yerno Pedro, encargado de la parte técnica.

Hoy Nélida perdura con sus actuaciones artísticas. Cada vez que la Embajada Playadito se presenta en cualquier punto del país, Gerardo Bond es el encargado de presentarla y en pocas palabras Nélida realiza reseñas de cada título a interpretar, resaltando siempre a los autores, que sin ellos, hoy no tendríamos música.
Basado en un historia real

Según algunos datos, Pedro Ríos nació en Yaguareté Corá, que se traduce como "corral de tigres", en la actual Concepción, provincia de Corrientes, en septiembre de 1798.

En agosto de 1810 la Primera Junta decidió enviar una expedición militar al Paraguay y puso al frente al vocal Manuel Belgrano. Durante este lapso, el abogado y economista fue un jefe multifunción. En su camino, fundó varios pueblos como Nuestra Señora del Pilar de Curuzú Cuatiá y Mandisoví.

El 26 de noviembre de 1810 pasó por el pueblo de Yaguareté-Corá. Lo primero que hizo fue entrar a la capilla a rezarle a la imagen de San Francisco de Asís, patrono del pueblo. A la salida, había gente que lo esperaba. Todos querían conocerlo y algunos deseaban incorporarse a su ejército.

Francisco Benítez, cronista de Concepción, en su libro Homenaje justiciero la estatua al Tambor de Tacuarí, editado en 1930, narró una conversación que mantuvo Belgrano con el padre de Pedro Ríos, Antonio Ríos,  y que, transmitida durante generaciones, le habría indicado: "No solo doy mi consentimiento, sino que también ruego que lo acepte, porque yo, con mis 65 años de existencia, soy un hombre anciano y la entrega de mi hijo es la única ofrenda que puedo hacer a la patria". 

Belgrano se había negado en un primer momento, pero accedió tras el pedido de Celestino Vidal, un capitán muy limitado en su vista.

De esta manera, el niño Pedro Ríos fue incorporado al ejército patriota como lazarillo, según dijo el cronista mencionado.
El primer contacto con la guerra fue en la batalla de Paraguarí, conocida también como batalla de Cerro Porteño, ubicada a 70  kilómetros de Asunción, el 19 de enero de 1811. En ese momento, el niño se mantuvo en la retaguardia.

La segunda intervención fue el 9 de marzo de 1811, en Tacuarí. Siempre según la historia oral, se destacó la figura de Pedro Ríos en sus dos funciones: guía del comandante Celestino Vidal y también batiendo los parches de su tambor. En cumplimiento de esas funciones en pleno desarrollo de las operaciones bélicas, fue alcanzado por dos proyectiles de fusil en el pecho, cayendo herido de gravedad y falleciendo minutos después.

Con el paso del tiempo su figura se agigantó y ha recibido innumerables homenajes. En el centro de la plaza 25 de Mayo de Concepción se encuentra emplazada una estatua del niño héroe, el Tambor de Tacuarí, Pedro Ríos. Este monumento fue inaugurado en el año 1929, durante la gobernación de Benjamín González.

Cada 9 de marzo se conmemora el Día del Niño Correntino y el Tambor de Tacuarí. Fue instituido por Ley provincial N. º 5988, sancionada en 2011. 

De esta manera, se pone en valor la fuerza y valor del niño correntino que jamás dejó de golpear su tambor, alentando a sus compañeros en medio de la batalla.

TEXTO:GUIDO RODRIGUEZ

FUENTE:REPÚBLICA DE CORRIENTES

  • Fecha 12.03.2025
  • Sección Generales
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