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Ramón Ayala, el mensú que se convirtió en un cantor universal

Hace muchos años, el locutor Eduardo Enrique Mirnosvky, más conocido como Lalo Mir, le realizó una entrevista a Ramón Ayala y le consultó que era lo más asombroso que le dio la vida y el misionero le respo...

Hace muchos años, el locutor Eduardo Enrique Mirnosvky, más conocido como Lalo Mir, le realizó una entrevista a Ramón Ayala y le consultó que era lo más asombroso que le dio la vida y el misionero le respondió que una de las cosas más bellas que le ha pasado fue "gozar de esta vida, cada instante. El único capital que vale en esta vida, se lo digo a todos, es el capital de la vida. Por la vida podemos valorizar qué es el oro, la plata, el diamante el petróleo, qué es el amor, qué es Dios, qué es el amigo, el arte, el sexo, todas las maravillas que tiene el hombre. Sin la vida, nada vale, todo es una carroña, todo es el final. Los tontos que piensan que son eternos son los que tienen la muerte próxima. Hay que vivir intensamente cada instante de la vida, antes que te agarre la huesuda, que tiene la guadaña".

El mismo locutor también le consultó cómo era esa región que tuvo la particularidad de ver la luz por primera vez. "Yo nací en una pequeña región de Misiones, pegadito a Posadas, que ahora formaría parte de la Gran Posadas, llamada Garupá. Son esos pueblitos extraordinarios, misteriosos, con cuentos y duendes. Por ahí se habla del Pombero y Yasí Yateré, algunos duendes que las madres utilizan en los cuentos".

"Yo soy un fruto de la triple frontera", aseguró. Su madre, María Morel, era paraguaya, descendiente de franceses, y su padre Gumercindo Cidade, era correntino, hijo de brasileños. El propio Ramón Ayala fue misionero, argentino. Allí vemos una mezcla de culturas donde se fue enriqueciendo. "Fui tan feliz de haber nacido en Misiones", confesó, porque "me he nutrido con la resonancia que venía del Brasil, gente que camina distinto, que tiene una dosis de negro, incluso de su construcción física, y gente del Paraguay, que hablan el guaraní. He sentido esa frontera", aseguró.

Ramón fue el mayor de cinco hermanos. Después de transcurrir algunos años en su pueblo natal, la familia se trasladó a Santo Tomé, en la provincia de Corrientes. Al morir su padre, su familia se radicó en la zona de Villa Urquiza y también tuvo su paso en Dock Sud, Buenos Aires.

En los patios y otros lugares conoció la guitarra y adoptó el nombre artístico de Ramón Ayala por el que fue conocido mundialmente. Sus primeros pasos con la música fue integrar la orquesta de Damasio Esquivel. Con este bandoneonista tuvo la particularidad de ingresar a los estudios de grabación del sello Pampa y registrar, con su voz, algunos temas musicales como Alma guaraní y A mi Corrientes porá, por citar algunos.

Mantuvo un contacto con figuras que pertenecían al ámbito del cancionero guaraní y litoraleñas como Samuel Aguayo, Tránsito Cocomarola y Ramón Estigarribia. Comenzó a recorrer la Argentina de la mano de Margarita Palacios.

El estrellato

En 1947 formó un trío de voces junto a Arturo Sánchez y Amadeo Monges registrando algunas grabaciones como Soy canto inmortal, para el conjunto correntino Irupé, dirigido por Santiago Barrientos y Roberto Ferradás Campos. Posteriormente, ingresan a la agrupación de Osvaldo Sosa Cordero y sus Correntinos, en 1951, para registrar la versión de El cantar del guaraní. Además, el suceso de aquellos años promovió que participen de la película argentina llamada Tierra extraña, donde interpretan La chonga, de la autoría del propio Sosa Cordero.

El trío Sánchez-Moges-Ayala continuó con sus propias grabaciones interpretando distintos géneros musicales como cuecas, zambas y valses para el sello Odeón Tanto es así que se encuentra regularmente un disco 78 rpm con las guaranias India y Sé que te perdí. Cuando registró la obra El mensú, decidió retirarse e iniciar el camino solista.

El mensú que conocimos

El primer LP se denominó Viaje vegetal y fue publicado originalmente en 1963 por el sello Carumbé, de Uruguay. La tapa de color verde agua contiene una ilustración realizada por el propio Ayala. En aquella selección de temas musicales se descubre una serie de títulos por la cual Ramón Ayala ya estaba siendo consagrado como un nuevo referente del folklore. Esto fue gracias a obras como El jangadero, El cosechero, El mensú y El Moncho, que ya había sido grabado por artistas chamameceros como Damasio Esquivel y el Cuarteto Santa Ana de Ernesto Montiel. Posteriormente,  otro  trabajo denominado Canciones y poemas en dirección del viento vio la luz en 1965, que cuenta con poemas de Armando Tejada Gómez. Tras un largo viaje por países de Europa, Asia y África, un vinilo titulado  La vuelta de Ramón Ayala, el Mensú, para el sello Redondel, en 1976, fue la oportunidad del regreso a nuestro país.

En una entrevista publicada hace varios años atrás, confesaba por ejemplo que  Posadeña linda fue escrita en Barcelona. Era un canto a la tierra misionera, pero, como la mujer, "es la forma más visible de la creación, la que da a luz sin ser electricista, la vía por la que estamos nosotros aquí, entonces se me ocurrió representar a la tierra por medio de la mujer". 

"Estaba yo en Barcelona, pero como uno lleva la tierra puesta es lo mismo estar acá que allá, y así nació la canción. Creo que letra y música nacieron juntas. Es como un cuento: Y me fui por la bajada vieja. Después empecé a tomar la punta del carretel y va saliendo la canción. La poesía, con sus propias leyes, trata de traer la flor de la palabra con su aroma y luminosidad. Mira el vuelo que ha tomado todo eso con el tiempo", explicó.

En los últimos años, parte de este trabajo discográfico y algunas cintas inéditas fueron publicadas en distintas plataformas digitales para seguir promoviendo la obra de Ramón Ayala. Cabe destacar que, además de ser un compositor de más de 300 obras, fue un escritor que dejó varios libros como Desde la selva y el río, aportando poemas, dibujos, y también partituras de sus canciones. Otro de los ejemplares fue Las trincheras ardientes del Paraguay. Canto a la Guerra Grande. Se trata de un poema épico, escrito en décimas, dedicado a este terrible acontecimiento de la historia de nuestra región que fue la Guerra de la Triple Alianza. Uno de los últimos fue Poemas, cuentos y relatos del camino, con pequeños dibujos del artista misionero.

Otro aporte a la cultura fue la creación del gualambao. Ayala explicó que el nombre del gualambao proviene de uno de los instrumentos primigenios del hombre, el arco y la flecha.

El gualambao, instrumento, está formado por el arco solo con un porongo o calabaza adosado a la parte inferior o central, como se lo use. El gualambao está formado por dos ritmos de polca encadenados por una permanente síncopa que le confiere una fisonomía particular. Es el único ritmo en Latinoamérica que se escribe con armadura de clave de 12 x 8, es decir que cada compás posee 12 corcheas distribuidas en 4 tiempos. Este género fue originado por Ramón Ayala en 1958 y, como homenaje a este autor, cada 10 de marzo se celebra el Día del Gualambao.

Un cantor universal

Joselo Schuap, en diálogo con República de Corrientes, dijo: "Haciendo  memoria, conocí a Ramón Ayala en un festival del Litoral, que fue uno de los primeros que tuve la oportunidad de participar cuando era jovencito y llegaba desde el interior hasta Posadas. Conseguí un espacio en el escenario en la noche que actuaba Ramón y que tenía por costumbre bajar del escenario cantando en medio de las escalinatas entre el público. Siempre fue como una ceremonia esa entrada que él realizaba en la noche de su actuación. En el tema literario tomé contacto con él cuando descubrí que nosotros teníamos algo parecido de las cosas que Ramón ya había hecho años atrás. Nos dimos cuenta de que Ramón fue el que abrió la picada en el monte de una especie de descubridor de la literatura de la canción de Misiones. Después de él, nada fue igual. Ramón usó metáforas que nadie había usado. Siempre lo comparo con grupos que fueron pioneros en su estilo. Antes de los Beatles no había ese modo de hacer música de cantar y tocar. En Misiones, Ramón fue alguien que inauguró el techo vegetal, la metáfora de la naturaleza, la canción comprometida. Con una coma y una palabra resolvió una poesía sencilla de paisajismo y la transformó en algo maravilloso del ser humano. Él dijo selva, noche, luna, pena en el yerbal. Eso lo transformó en una canción universal. 

También Schuap recordó una anécdota del Mensú y el Che. "El propio Ernesto Guevara, en Sierra Maestra, la cantaba y se la contó cuando se conocieron en Cuba. Al margen de la cuestión política, dos figuras de las que una nació  y la otra vivió en Misiones. Toda esta impronta que Ramón nos deja sobre el ser humano metido dentro del paisaje, fue lo que me deslumbró cuando era adolescente y cuando conocía su obra. Cuando lo vi en vivo estaba profundamente emocionado, porque estaba frente al tipo que  había escrito aquellas cosas, fue maravilloso", explicó.

"Creo yo que Ramón, más allá que representa a Misiones, es uno de los poetas universales. Ramón Ayala está en el renglón de los poetas universales, cultores de la poesía argentina. No tiene ni tuvo diferencias con Armando Tejada Gómez, no tuvo diferencias con Atahualpa Yupanqui, su pensamiento y su grandeza. Creo que está en el mismo renglón. Ya no  importa si es de Misiones o del Litoral, es un poeta del mundo y eso hablando de su pequeña aldea, si quiere ser universal, tiene que pintar la aldea. Ramón Ayala hizo eso y hoy nos queda su obra, que es tremenda. Cada día me parece maravilloso escucharlo, especialmente cuando nos habla y nos sugiere  la posibilidad de revalorizar al ser humano al instante de vida, a todos los componentes que tenemos. Desde el mineral al espíritu dentro nuestro. Lo valioso que fue el haber triunfado entre miles para nacer y cuál es nuestra función en esta vida. Creo  que es lo más hermoso que nos dejó Ramón más allá de un estilo musical, de un paisaje, de ser del Litoral, del ser del sombrero, de su guitarra de diez cuerdas, de su estética maravillosa. Eso fue lo mejor de Ramón".

Para finalizar, Joselo Schuap dice: "Como secretario de Cultura de la provincia de Misiones, puedo decir que institucionalmente  se trata del artista más importante que haya tenido Misiones junto a otros que ya no están y que conformaron lo más importante de la música, de nuestra provincia. También lo compartimos con Corrientes, porque Ramón compuso grandes chamamés que son conocidos como El Moncho, Retrato de un pescador, y muchos más y que forman parte del repertorio del chamamé que Ramón realizó su aporte. De hecho, participé del reconocimiento que le dio el Gobierno de la Provincia de Corrientes, con otro amigo que ya no está, que es Raúl Díaz, en la Casa de Gobierno. Durante ese tiempo andábamos juntos todo el tiempo y me tocó llevarlo a recibir ese premio por parte de los correntinos, a quienes respeto mucho y agradezco por el homenaje", finalizó.

Ramón Gumercindo Cidade nació el 10 de marzo de 1927 y se despidió de nosotros el 7 de diciembre de 2023. Después de una larga recorrida, sus cenizas se encuentran en su querida tierra natal, pero su espíritu continúa vigente, en cada artista que interpreta sus canciones.

 

TEXTO:GUIDO RODRIGUEZ

FUENTE:REPÚBLICA DE CORRIENTES

  • Fecha 19.03.2025
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