Despedida del Sumo Pontífice
Se anticipa un cónclave polarizado y un futuro papa europeo que no será “Francisco II”
¿Será corto o largo el cónclave que comenzará entre el 5 y el 10 de mayo que deberá elegir al sucesor del papa Francisco? ¿Será peleado? Para Giovanni Maria Vian, director entre 20...
¿Será corto o largo el cónclave que comenzará entre el 5 y el 10 de mayo que deberá elegir al sucesor del papa Francisco? ¿Será peleado?
Para Giovanni Maria Vian, director entre 2007 y 2018 de L’Osservatore Romano, uno de los diarios más famosos e influyentes del mundo, será un cónclave marcado a fuego por la polarización de la Iglesia que, según él, creció durante el pontificado de Francisco, del que es muy crítico.
En una entrevista con LA NACION Vian, profesor de filología de literatura cristiana antigua en la prestigiosa Universidad La Sapienza, de 73 años, periodista jubilado y autor de diversos libros (el último “El último papa: Retos presentes y futuros de la Iglesia católica”) consideró a Francisco “un papa absolutista”, que durante 12 años generó “evidentes contradicciones”.
Giovanni Maria VianGuillermo Simón-Castellví
Aunque el 90 % de los cardenales electores que se encerrarán en la Capilla Sixtina fueron designados por él, por otro lado, consideró que eso no significa que su sucesor será un “bergogliano”. Pronosticó que el próximo papa no se llamará “Francisco II” y que el papado volverá a Europa.
-Esta mañana, a las 9, arrancó la primera congregación general de cardenales. Para usted ¿cuáles van a ser los temas claves sobre los que van a tener que discutir los cardenales antes de elegir al nuevo papa?
-El principal asunto creo que será cómo asegurar la herencia del papa Francisco, pero de manera más colegial, llevándola todos juntos. Se trata del método de la sinodalidad, pero realmente aplicado. Y también creo que hay que evitar que se agudicen las polarizaciones. Ahora mismo la iglesia está más dividida y más polarizada que cuando Bergoglio fue elegido papa en 2013. Los cardenales empezarán en las congregaciones generales a examinar varios problemas, pero varios de ellos están manchados por la sospecha de haber encubierto abusos, lo que no resulta muy coherente. Por suerte, el cardenal sobre el que pesan las sospechas más graves, el cardenal francés Jean-Pierre Ricard, cumplió recientemente 80 años y no estará en el cónclave, aunque no sé si participará en las congregaciones generales. [En noviembre de 2022, el cardenal Ricard confesó públicamente que 35 años atrás, mientras era párroco en Marsella, habría abusado sexualmente de una menor de 14 años].
Giovanni Maria VianGuillermo Simón-Castellví
-Francisco nombró el 90% de los cardenales que elegirán al próximo papa. ¿Debemos esperar que el próximo pontífice sea de su línea?
-Yo creo que no, el mismo Papa declaró en agosto de 2023 que no sabía lo que podía pasar tras su muerte. Y yo creo que tenía razón: no se sabe qué puede pasar.
-¿Puede haber una marcha atrás en las reformas y las aperturas de Francisco?
-No va a haber un retroceso, pero creo que va a haber otra interpretación. Yo creo que es casi seguro que el próximo papa no se llamará Francisco II. El nuevo papa tendrá de alguna manera que desmarcarse de Francisco si quiere sobrevivir a la confrontación, que será implacable. Y mediáticamente Francisco es un papa que en este momento parece estar en la cumbre de la aprobación.
-Como cuando murió hace 20 años Juan Pablo II…
-Sí, es una comparación apropiada.
Giovanni Maria VianGuillermo Simón-Castellví
-¿Le parece plausible que el próximo papa vuelva por ejemplo a vivir en el Palacio Apostólico?
-Me parece muy posible, y creo que sería oportuno.
-En este momento, los dos nombres que más suenas como candidatos fuertes son el del cardenal italiano Pietro Parolin y del cardenal filipino Luis Antonio Tagle. ¿Qué opina?
-Esos son dos candidatos que efectivamente suenan mucho, pero se trata de una quiniela que también puede ser desmentida. Tagle, de hecho, se ha visto bastante tocado por cuestiones administrativas, por cómo ha gestionado su congregación [el Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos]. Los candidatos italianos que más suenan son Parolin, Zuppi [Matteo, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal] y Pizzaballa [Pier Battista, Patriarca latino de Jerusalén], y hay otros dos cardenales europeos que tienen posibilidades para mí: el cardenal Arborelius [Anders, obispo de Estocolmo] quien tiene un perfil extraordinario, y el cardenal primado húngaro Péter Erdö. Yo lo que creo es que con el próximo papa se volverá a Europa, que el sucesor de Francisco será europeo.
Giovanni Maria VianGuillermo Simón-Castellví
-¿Quién sería su papa “soñado”?
-Arborelius, el sueco. Si yo fuera cardenal, lo votaría y haría campaña por él.
-¿Será un cónclave largo?
-Si se ponen de acuerdo pronto, será breve. Pero lo dudo. Muchos cardenales no se conocen entre sí, tendrán que hablar y conocerse.
-Cambiando de tema, ¿qué balance hace del pontificado de Francisco?
-Ha sido un pontificado con luces y sombras, un pontificado importante que ha llegado a donde muchos no pensaban que se podía llegar, pero al mismo tiempo ha sido contradictorio.
Giovanni Maria VianGuillermo Simón-Castellví
-¿Quiere decir que Francisco llegó más a los no creyentes que a los creyentes?
-Sí, si se quiere se puede utilizar esa fórmula. Es algo que corresponde al perfil misionero de un papa jesuita. Francisco, en una época de comunicación muy elemental, ha sabido manejar de manera extraordinaria la comunicación. Pero al mismo tiempo ha sido un papa contradictorio, porque ha hablado mucho, ha improvisado en numerosas ocasiones y a veces ha dicho cosas muy diferentes.
-¿Por ejemplo?
-Respecto a la dimisión, por ejemplo, al principio decía alegrarse de que el papa Benedicto XVI hubiera abierto una vía y decía que habrá muchos papas eméritos. Pero después fue evolucionando y diciendo que él no renunciaría jamás. Yo personalmente siempre tuve la convicción de que Francisco nunca habría dimitido, y habría hecho muy bien.
-¿Qué otras contradicciones han marcado para usted el papado de Francisco?
-Los abusos sexuales sin duda fueron el problema mayor de Juan Pablo II, y por eso yo personalmente creo que hubiese sido mejor ni beatificarlo ni canonizarlo, a pesar de que era un santo. Pero canonizarlo me pareció imprudente, porque al final se acaba canonizando también una política. Yo creo que precisamente por eso no hay que canonizar a los papas. Francisco ha sido el único papa que ha canonizado a tres antecesores suyos, ha canonizado de algún modo el papado. El de Francisco ha sido un pontificado lleno de contradicciones, un pontificado que ha llevado a su extremo el absolutismo papal. Ahora es urgente que el papado se reforme y vuelva la colegialidad dibujada por el Concilio Vaticano II.
-¿Se puede hablar de absolutismo papal con Francisco, un pontífice que puso en marcha el sínodo sobre sinodalidad, un proceso de escucha global que incluyó a los laicos y en teoría dejó en marcha?
-El sínodo de sinodalidad es un buen ejemplo de eso: fue un método de consulta excelente, pero sin ningún resultado. En el sínodo sobre la Amazonia el papa Francisco ni siquiera aprobó los ‘viri probati’, la ordenación de hombres casados en zonas remotas. Y no hablemos del diaconato femenino: se crearon dos comisiones, con sus miembros elegidos cuidadosamente para que hubiera un 50% de favorables y un 50% contrarios, lo que está bien, porque hay que escuchar las dos partes. Pero después el Papa no tomó ninguna decisión, más bien parece que él no era partidario del diaconato femenino. Y así se podría continuar…
-¿Considera entonces que Francisco ha sido un papa absolutista?
-Sí, sin ninguna duda. En 2022 Francisco cambió la ley fundamental del Vaticano, en cuyo preámbulo dice que él es jefe de Estado en cuanto sucesor de Pedro, una afirmación teocrática que ni siquiera los papas de la Edad Media hacían, quizás Bonifacio VIII, pero puede ser que ni siquiera él. Las contradicciones del pontificado de Francisco son muy evidentes. Pero, a pesar de todo, hay que inclinar la cabeza ante este Papa que llevó su pontificado al extremo. Confieso que yo me emocioné mucho el lunes por la mañana al enterarme de su muerte, porque sólo 20 horas antes, hasta su último respiro, el papa quiso estar con los fieles y dar su bendición más solemne, urbi et orbi, a la ciudad y al mundo.
Por Elisabetta Piqué
FUENTE:LA NACIÓN
- Fecha 23.04.2025
- Sección Internacionales
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