FUERTE POLÉMICA

La terna del rubro chamamé quedó fuera de los Premios Gardel 2025

El pasado jueves 24 de abril se publicaron los nominados a los Premios Gardel 2025 que organiza la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas  y Videogramas, conocida popularmente como la Capif. Pero la noticia en realidad es que ex...

El pasado jueves 24 de abril se publicaron los nominados a los Premios Gardel 2025 que organiza la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas  y Videogramas, conocida popularmente como la Capif. Pero la noticia en realidad es que excluyeron a la terna mejor álbum de chamamé de esta nueva edición, sin explicar los motivos. En estos últimos días ha tomado estado público gracias a los posteos de diferentes artistas del rubro litoraleño.

Uno de los primeros en alzar la voz fue el músico, cantor y productor de chamamé Blas Martínez Riera, hijo del recordado bandoneonista misionero. A través de sus redes sociales emitió un comunicado breve: "Los que realmente trabajamos discográficamente en serio estamos lejos de necesitar un premio de estos, votado misteriosamente, ganan los que están en un mismo sello, el presidente de la misma tiene un sello, todo oscuro, hasta la vista... Gardel", que rápidamente fue haciéndose un eco con otros artistas y además difusores del género.

Quizás uno de los más relevantes fue el mensaje que publicó Eugenio Chango Spasiuk, donde explica que la decisión de dejar fuera el rubro de chamamé en los Premios Gardel en esta edición 2025 "es preocupante". Además utiliza palabras justas al referirse que esta acción "Demuestra una falta de memoria y respeto a la rica historia y tradición musical que ha sostenido a la industria discográfica durante décadas". También comenta el acordeonista misionero: "Es importante reconocer que la música argentina es diversa y rica en expresiones y géneros. La exclusión del chamamé (declarado por la Unesco patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco en 2020) puede afectar principalmente a los jóvenes músicos, compositores, intérpretes y a la industria independiente que produce música dentro de este género, limitando sus oportunidades de visibilidad y reconocimiento".

Varios periodistas que cubren la Fiesta Nacional del Chamamé en el mes de enero, en el anfiteatro Cocomarola, también fueron mostrando su repudio en sus respectivos programas radiales como el caso de Marcos Gómez. Este se mostró preocupado comentando en un editorial donde expresó que, después de tantos años, tener una terna como mejor álbum de chamamé en los Premios Carlos Gardel, desaparecer de un plumazo es un retroceso. Y, a partir de allí, ver qué pueden hacer las autoridades vinculadas a la política y a la cultura, como el caso del Instituto de Cultura y asociaciones que reúnen a los artistas chamameceros. En sintonía con Gómez, podríamos solicitar que las filiales de la Sadaic y AADI, que son entidades donde declaran los derechos de autor y la difusión de los intérpretes, emitan un comunicado expresando su preocupación y rechazo. Por lo visto ya desde la sede de la calle San Juan, Beatriz Kunin, presidenta del Instituto de Cultura, está al tanto de la situación y se espera una publicación por su parte.

El músico Juancito Güenaga también acompañó el posteo del Chango Spasiuk, con el hashtag #DevuelvanLaTerna. Otro fue el acordeonista Antonio Tarragó Ros, que, fiel a sus expresiones, reposteó en su cuenta personal de Facebook la publicación del acordeonista misionero mostrando su indignación: "Estos muchachos de El Gardel un año premiaron como mejor canción argentina a un tema japonés que cantaba Alfredo Casero. Parece que la ignorancia de la cultura argentina para estos ‘gardelianos’ no tiene secretos", expresó.

Al referirse el Chango Spasiuk sobre la industria discográfica, podemos citar un ejemplo de entre muchos. En plena década del 70 el sello Music Hall, que tenía como director a Néstor Celasco, dio lugar a una importante cantidad de artistas chamameceros que registraron sus primeros discos, porque no había lugar en las importantes compañías como Odeón y RCA. Con el paso del tiempo, las ventas fueron en aumento y los intérpretes como Los Hermanos Barrios, Los Hermanos Cardozo, Isaco Abitbol,

Los de Imaguaré y Las Hermanas Vera, por citar algunos nombres, emigraron a otros sellos discográficos. Para poder premiar a varios artistas, hace muchos años se había lanzado el famoso disco de oro, celebrando el éxito masivo de las ventas que era catalogado por la Capif. Los tiempos pasaron y la venta de materiales físicos fue decayendo. Una posibilidad de promover y celebrar a los artistas fueron los premios Carlos Gardel a partir de 1999.

En el año 2015 se colocó por primera vez la terna mejor álbum de chamamé, que resultó ganador Eugenio Chango Spasiuk, con su trabajo Tierra colorada en Colón, que luego volvería a obtener la misma distinción en el 2021 con la publicación Hielo azul, tierra roja. Otros de los artistas fueron Los Alonsitos con Los Nocheros en 2016.

También Los Núñez con su álbum 3 Fronteras en 2018. El guitarrista correntino Rudi Flores realizó un excelente trabajo basado en obras del Taita del Chamamé nombrándolo Cocomarola en guitarras obteniendo el premio en 2019. Las Hermanas Vera también resultaron ganadoras en dos oportunidades, 2020 y 2022, con sus trabajos Che Mba´epu y Mario del Tránsito. La última artista en ganar fue la cantante rosarina María Elena Sosa, con su  trabajo 40 años, que contó con varios invitados como Antonio Tarragó Ros, Teresa Parodi y Jorge Rojas, entre otros.

Los Premios Gardel para la música se celebrarán el próximo 28 de mayo. Todavía hay tiempo para que los organizadores y demás artistas fuera del palo chamamecero levanten su voz, reclamando que esta música, patrimonio inmaterial de la humanidad, no quede fuera.

 

TEXTO:GUIDO RODRIGUEZ  FUENTE:REPÚBLICA DE CORRIENTES

  • Fecha 28.04.2025
  • Sección Ciudad
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