El truco para salvar una comida cuando se pasa de sal

Cocinar es una de las tareas más complejas, por el simple hecho de que un solo condimento mal agregado cambia por completo el sabor del plato. En algunos casos, la preparación puede ingerirse igual, pero en otros no. Esto último puede ser causado por el exceso del uso de la sal, independientemente la receta. Pero, como para casi todo hay solución, también se encontró la salida efectiva para estos casos y poder disfrutar de una rica comida.

Resaltar los sabores de las comidas es una de las funciones destacadas de la sal,  pero así como cambia por completo una preparación, hay que saber que se debe utilizar en la medida justa, que varía según el gusto de cada persona. Cometer un error en este aspecto es muy común y es por este motivo que se descubrieron muchos “trucos”, de acuerdo a cada tipo de comida y su preparación.

De acuerdo a cada opción gastronómica, varía el arreglo ideal ante el exceso de sal que “arruinó” el sabor. En el caso de aquellos platos cuentan con un rehogado en líquido -que puede ser una salsa o un caldo- donde se realiza la cocción, el truco infalible es tan sencillo como impensado: agregar una papa. Se debe incorporar pelada y cruda, una vez cocida se retira.

Este tubérculo no cambiará el sabor del plato, sino, por el contrario, absorberá la sal en exceso. Esto también aplica a la hora de cocinar legumbres. Es importante que durante la cocción se pruebe el sabor, para determinar si se alcanzó el resultado esperado.

Pero, también, existe una segunda opción para este tipo de platos y es nada menos que agregar azúcar. Su aporte dulce contrasta con la sal y logra el objetivo.

En el caso de no querer agregar productos a tu plato, aumentar la potencia del fuego en búsqueda de la absorción del líquido es otra alternativa que funciona en estos casos. Cabe destacar que al hacer esto se debe agregar agua para recuperar el líquido para obtener consistencia inicial y poder continuar con el hervor.

Uno de los problemas más frecuentes se da a la hora de cocinar el arroz, en cualquiera de sus múltiples opciones de preparación. La sorpresa en este caso es que al agregar jugo del limón se logra quitar el exceso de sal. Se debe colocar poco a poco hasta lograr el sabor deseado, pero con cuidado. También, “el arreglo” se puede obtener si se agrega leche - depende de la preparación- y en el caso del puré funciona perfecto.

En cuanto a las carnes, un fino corte a la capa que quedo salada es la primera “salida” ante el gusto saldo, aunque también agregar a la cocción diversas verduras logra el cometido, ya que estas absorberán la sal y obtendrán la que necesitan para potenciar su sabor.

Fuente: La Nación