SEMANA SANTA

Este Miércoles Santo, el arzobispo presidirá la Misa Crismal en la Catedral

El Miércoles Santo, a las 20, el arzobispo presidirá en la Iglesia Catedral la misa crismal que será concelebrada por todos los sacerdotes de la diócesis. Durante la mañana, los sacerdotes junto a monseñ...

El Miércoles Santo, a las 20, el arzobispo presidirá en la Iglesia Catedral la misa crismal que será concelebrada por todos los sacerdotes de la diócesis.

Durante la mañana, los sacerdotes junto a monseñor José Adolfo compartirán, como todos los años, un espacio de oración y reflexión, y harán juntos adoración al Santísimo Sacramento.

Por la tarde, durante la celebración eucarística, el arzobispo bendecirá los sagrados oleos – Santo Crisma – de los Catecúmenos y de los Enfermos- que su utilizarán durante todo el año para la administración de los Sacramentos. Además, todos los sacerdotes harán la renovación de sus promesas presbiterales.

Misa Crismal

Se llama Misa Crismal a la que celebra el obispo con todos los presbíteros y diáconos de su diócesis. Es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo, que ha de ser tenido como el gran sacerdote de su grey, y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. Durante la celebración, se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

Esta solemne liturgia se ha convertido en ocasión para reunir a todo el presbiterio alrededor de su obispo y hacer de la celebración una fiesta del sacerdocio. Es habitual que esta misa se celebre en la mañana del Jueves Santo, en la Arquidiócesis –como en otras diócesis del mundo- se adelanta al Miércoles, para facilitar a los sacerdotes, sobre todo a los que atienden a comunidades del interior, que puedan estar en sus respectivas parroquias el día jueves.

Promesas sacerdotales

El rito de esta Misa Crismal, incluye la renovación de las promesas sacerdotales.
Tras la homilía, el obispo invita a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia. Juntos prometen solemnemente unirse más de cerca a Cristo, ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el santo sacrificio en su nombre y conducir a otros a él.

Los textos de la misa presentan un conjunto catequético no solamente acerca del sacerdocio ministerial, sino también relativo al sacerdocio general de los fieles: en la antífona de entrada, la asamblea aclama: "Jesucristo nos ha convertido en un reino, y hecho sacerdotes de Dios, su Padre".

En esta Misa no se dice el Credo. Tras la renovación de las promesas sacerdotales se llevan en procesión los óleos al altar donde el obispo los puede preparar, si no lo están ya. En último lugar se lleva el Santo Crisma, portado por un diácono o un presbítero.
Tras ellos se acercan al altar los portadores del pan, el vino y el agua para la eucaristía t continúa la celebración.

Óleos Sagrados

El origen de la bendición de los santos óleos y del sagrado crisma procede de ambiente romano, aunque el rito tenga huella galicana. Parece ser que hasta el final del siglo VII, la bendición de los óleos se hacía durante la Cuaresma, y no el Jueves Santo. Haberla fijado en este día no se debe al hecho de que el Jueves Santo sea el día de la institución de la eucaristía, sino sobre todo a una razón práctica: poder disponer de los santos óleos, sobre todo del óleo de los catecúmenos y del Santo Crisma, para la celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana durante la Vigilia Pascual. Sin embargo, no se debe olvidar que este motivo de utilidad no resta nada a la teología de los sacramentos, que los ve a todos unidos a la eucaristía.

La palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra en esta misa
Crisma es uno de los aceites consagrados usados en la Iglesia católica tanto romana, como ortodoxa, y en las Iglesias orientales en determinadas ceremonias. El término procede del latín chrisma, y éste del griego χρῖσμα.
Está compuesto por aceite de oliva (que representa la fortaleza) al que se añade una pequeña cantidad de bálsamo (cuyo aroma representa el suave olor de la vida cristiana). En Corrientes, se usa un bálsamo con aroma de Azahares que aportado por productores de la localidad de Bella Vista.

Es usado en el sacramento del bautismo y la confirmación. También en la ordenación de obispos y presbíteros (no de diáconos), la dedicación de las nuevas iglesias y del nuevo altar, que tiene que ser fijo y preferentemente de piedra. La unción con el crisma representa la plena difusión de la gracia.

Existen otros aceites bendecidos (a diferencia del crisma, que es consagrado, por su uso) que son:
El óleo de los enfermos que se utiliza en la "unción de los enfermos" (mal llamada "extrema unción").
El óleo de los catecúmenos, que se usa en el sacramento del bautismo,
Para estos dos últimos óleos no se utiliza ningún bálsamo.
Estos óleos son bendecidos el jueves Santo en la misa Crismal o del Santo Crisma.

  • Fecha 15.04.2025
  • Sección Generales
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